Sin cambio no hay mariposas: “Las decisiones que transforman”

POR ISABELLA LENTINI

“He sido crucificado con Cristo, y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Lo que ahora vivo en el cuerpo, lo vivo por la fe en el Hijo de Dios, quien me amó y dio su vida por mí.” (Gálatas 2:20, NVI)

El devocional anterior nos enseñó que debemos apartarnos de todas las cosas que nos alejan de Dios. Y como en todo proceso, siempre tiene que haber un inicio. ¡Piensa en las mariposas! Primero son orugas, y luego pasan por una larga transformación hasta poder volar, pero imagínate qué pasaría si ellas se rehusaran a pasar por este proceso, ¡jamás llegarían a transformarse en lo que Dios quiere para ellas! Pues algo parecido pasa con nosotros, primero debemos tomar la decisión de unirnos a Dios para que Él obre en nosotros y seamos moldeados de acuerdo a su voluntad.

Tal vez pasar por este proceso nos pueda dar un poco de miedo, y es normal, pero siempre recuerda que Dios en medio de la tribulación, cuando no entendamos por qué nos pasan las cosas nos dice en Su palabra:

“Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos” (Salmo 32:8).

Dios te puso en este lugar con un propósito, tú solo confía en que Él se va a encargar de cumplirlo. Y cuando no sepamos qué camino tomar, pidamos orientación al Señor para actuar conforme a su voluntad, confiando también en lo que nos dice Santiago 1:5 (TLA)

“Si alguno de ustedes no tiene sabiduría, pídasela a Dios. Él se la da a todos en abundancia, sin echarles nada en cara”.

Cuando estemos en situaciones que nos obligan a tomar una decisión es cuando Dios nos pone a prueba para ver cómo vamos a reaccionar. Las decisiones que transforman se hacen poniendo la total confianza en Dios y no guiándonos por nuestros propios deseos personales; así como nos dice Proverbios 3:5-6

“Pon toda tu confianza en Dios y no en lo mucho que sabes. Toma en cuenta a Dios en todas tus acciones y Él te ayudará en todo” (TLA)

Te animo a que seas capaz de tomar la decisión que transforma todo corazón: Entregarle la vida a Cristo.

Solo Él es capaz de llenar cada vacío dentro de nosotros, lo único que necesitamos es tomar la decisión de unirnos a Él realmente. No dejes que esto sea una decisión pasajera ni momentánea, sino elijamos ser como las orugas y una vez que hayamos pasado por nuestro proceso, podremos volar alto.

El precio por esta nueva vida ya fue pagado en la cruz; ahora lo único que hace falta es una decisión sincera de parte de nuestro corazón. Si no sabes dónde empezar, pídele dirección al Espíritu Santo y toma un tiempo de tu día para pasar en intimidad con Dios; y hazlo un hábito diario.

Oración:

Señor, enséñame a hacer Tu Voluntad, porque Tú eres mi Dios; y que tu buen Espíritu me guíe por caminos rectos. Hoy, tomo la decisión de entregarte mi vida y así como Tú moriste por mí, yo viviré para ti. AMÉN.

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