CUANDO DIOS REESCRIBE TU HISTORIA

POR RAQUEL VITERI

“O vas con todos nosotros —replicó Moisés—, o mejor no nos hagas salir de aquí. Si no vienes con nosotros, ¿cómo vamos a saber, tu pueblo y yo, que contamos con tu favor? ¿En qué seríamos diferentes de los demás pueblos de la tierra?”

Éxodo 33:15-16

Dios quiso escribir una nueva historia al sacar al pueblo de Israel de Egipto, pero ¡cuántos obstáculos puso el pueblo ante esa salida!

Dios había trazado un plan, tenía planeado darles la tierra por heredad, estaba escribiendo una historia de grandeza y gloria en sus vidas. Las respuestas del pueblo a estas salidas fueron tantas:

1. «¡Si tan solo el Señor nos hubiera matado en Egipto! —protestaban—. Allá nos sentábamos junto a las ollas llenas de carne y comíamos todo el pan que se nos antojaba; pero ahora tú nos has traído a este desierto para matarnos de hambre». Éxodo 16:3

2. «¡Ojalá el Señor nos hubiera dejado morir junto con nuestros hermanos! ¿No somos acaso la asamblea del Señor? ¿Para qué nos trajiste a este desierto, a morir con nuestro ganado? ¿Para qué nos sacaste de Egipto y nos metiste en este horrible lugar? Aquí no hay semillas, ni higueras, ni viñas, ni granados, ¡y ni siquiera hay agua!» Números 20:3-5

3. Entonces el Señor le dijo a Moisés: —Baja, porque ya se ha corrompido el pueblo que sacaste de Egipto. Demasiado pronto se han apartado del camino que les ordené seguir, pues no solo han fundido oro y se han hecho un ídolo en forma de becerro, sino que se han inclinado ante él, le han ofrecido sacrificios, y han declarado: “Israel, ¡aquí tienes a tu dios que te sacó de Egipto!” Éxodo 32:7-8

Era un pueblo rebelde y terco. ¿Cuántas veces nosotros nos convertimos en ese pueblo rebelde? Queremos nuestra seguridad, nos corrompemos con lo que el sistema de este mundo nos quiere imponer. Las modas, comodidades, carreras, deseos, títulos personales. Yo tuve el síndrome del pueblo de Israel en mi vida.

Vine a Guayaquil a estudiar mi carrera universitaria. En Salinas, mi lugar de residencia anterior, teníamos un grupo de jóvenes en la iglesia comprometidos en buscar el rostro de Dios y compartir el mensaje de salvación, en mi inmadurez, orgullo y arrogancia, pensaba que debía salir de ese lugar, necesitaba irme a otra ciudad para poder crecer con una carrera profesional y encontrar mayores oportunidades. Pero no hice lo más importante, consultar a Dios para tomar esta decisión. No se si la decisión de mudarme estaba conforme a los planes de Dios o no, porque nunca se lo pregunté. Dios me ha acompañado y guardado porque soy Su hija y me ama, pero ¿era esa Su voluntad?

Hay caminos que al hombre le parecen rectos, pero que acaban por ser caminos de muerte. Proverbios 14:12

Las rebeliones que tenemos contra Dios, a veces no son actos inmensos, son pequeños y estos retrasan nuestro proceso y que la historia que Él tiene planeada para nosotros no se lleve a cabo.

Así como el pueblo de Israel nos hacemos propios ídolos, dirás: “yo no adoro a ninguna figura”. Un ídolo es todo aquello que absorbe y captura nuestra pasión por Cristo. ¿Cuáles son los ídolos en tu vida que roban el tiempo y el deseo por la presencia de Dios y corrompen tu integridad?

Y los que hacen ídolos son iguales a ellos, como también todos los que confían en ellos. Salmos 115:8

Sin darme cuenta, empecé a independizarme de Dios, seguía sirviendo en una nueva iglesia, tal vez lo hacia muy bien, pero estaba olvidando lo más importante, consultar a Dios mis caminos.

Quiero abrirte más mi corazón. Se empezaron a abrir puertas en mi vida, trabajos, viajes, oportunidades; y en mi ignorancia cometí el error común de creer: “Las puertas las está abriendo Dios”, pero esto no siempre es así, debemos tener discernimiento, porque el diablo se disfraza como ángel de luz y sabe atraernos por deseos de nuestro corazón, que no todos son malos, pero no están alineados al Plan de Dios. Sutilmente vamos cayendo hasta que, sin darnos cuenta, nos vemos envueltos en pecados que nunca imaginamos.

Tengan cuidado y estén siempre alertas, pues su enemigo, el diablo, anda como león rugiente buscando a quién devorar. 1 Pedro 5:8

Pero de todo esto podemos aprender algo para tener cuidado y estar alertas. No confiemos en nuestra propia opinión, ni pensemos que lo hemos alcanzado todo, aunque parezca bueno e incluso correcto ante el mundo, antes de tomar una decisión, así sea pequeña debemos consultar a Dios.

No es que ya lo haya conseguido todo, o que ya sea perfecto. Sin embargo, sigo adelante esperando alcanzar aquello para lo cual Cristo Jesús me alcanzó a mí. Hermanos, no pienso que yo mismo lo haya logrado ya. Más bien, una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está delante, sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús. Filipenses 3:12-14

¿Tu carrera la eligió Dios?, ¿tu pareja la confirmo Dios?, ¿el trabajo lo puso Dios?, ¿el servicio que ofreces en tu iglesia fue direccionado por Dios? Dios dice en su palabra que Él perfecciona la obra que ÉL EMPIEZA.

Que Él que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo. Filipenses 1:6

Si hasta ahora la historia la habías escrito con tus propias manos, permite que sea borrada, dejando todo atrás y dejando que Dios sea el autor. Dios no va a consumar algo que Él no comenzó.

Te animo a que busques Su presencia y escuches Su voz, Él afirmará y confirmará los pasos que debes dar. Mientras más conoces a Dios, más te conoces a ti mismo y los diseños que Él tiene para ti. No pasemos 40 años, o en mi caso 27 años, dando vueltas en el desierto sin disfrutar la vida eterna que Él nos ha regalado.

Porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido. Lucas 19:10

Con una mano queremos que Dios reescriba nuestra vida y con la otra mano, tomamos cosas del mundo y no las queremos soltar. Si se perdió la intimidad y dependencia, ¡Es hora de RESTAURARLA! Dependamos de Dios, es el único primer paso, no lo podemos dejar para después.

En ese momento los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron: - ¿Quién es el más importante en el reino de los cielos? Él llamó a un niño y lo puso en medio de ellos. Entonces dijo: - Les aseguro que a menos que ustedes cambien y se vuelvan como niños, no entrarán en el reino de los cielos. Por tanto, el que se humilla como este niño será el más grande en el reino de los cielos. Mateo 18:1-4

Dependamos de Dios como un niño que escucha a Su Padre y obedece; si no entiende algo busca a Su Padre para respuestas y depende de Su Padre.

Mi historia no acabó cuando tomé las decisiones incorrectas, o creí que Dios me estaba abriendo puertas y caí. Mi vida empezó cuando Dios tomó todo de mí y me dijo: aún no he acabo contigo, depende de mí, porque ese es el único camino.

Que nuestra vida tome el curso que Dios quiere y no de nuestros deseos.

Entonces, ¿cómo reescribes la historia de tu vida? No necesitas un lápiz, pluma, papel, teclado. Solo necesitas tus rodillas y tu corazón quebrantado día tras día en dependencia a Dios.

«Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos está cerca». Juan era aquel de quien había escrito el profeta Isaías: «Voz de uno que grita en el desierto: “Preparen el camino para el Señor, háganle sendas derechas”». Mateo 3:2-3

Oración

Padre Eterno, perdóname porque he tomado decisiones sin escuchar Tu voz, no sé que es lo que debo hacer, pero solo te pido que me guíes y que yo pueda decir de corazón que, si tu presencia no va conmigo, así sean los lugares más grandes que el mundo me pueda ofrecer, no me hagas salir de donde estoy, que yo prefiera el desierto contigo a un paraíso lejos de ti. Que mi vida dependa de Ti. Ayúdame a confiar en que Tú mostrarás tu camino. Que tu Espíritu Santo me ayude a andar en rectitud, adorándote preparando el camino hasta que Cristo venga. Que tu reino se establezca en mi vida y que no sea más un ensayo, sino vivir en plenitud la vida eterna que me has regalado. Espíritu Santo guíame y transforma mi entendimiento, perfeccionándolo hasta el fin. En el nombre de Jesús. ¡Amen!

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