De las Ruinas a Jardines “Resucitando la esperanza en lugares muertos”

POR JOSUÉ VITERI

Ezequiel 37:14. “Yo pondré mi aliento de vida, el Espíritu, en ustedes y vivirán y volverán a su hogar en su tierra. Entonces sabrán que yo, el Señor, he hecho exactamente lo que prometí hacer” (NBV).

El 16 de abril de 2016 un terremoto de magnitud 7,8 trajo destrucción y ruina en varias ciudades del país, casas y negocios en un instante se vinieron abajo y quedaron convertidos en escombros en cuestión de segundos.

Sin embargo, gracias al esfuerzo y el apoyo de los ecuatorianos se pudo salir adelante, esos escombros fueron retirados; las casas y negocios volvieron a renacer.

La visión del profeta Ezequiel (Ezequiel 37 1-14) muestra un valle de huesos secos esparcidos por todo el suelo, a lo cual, Dios le consulta al profeta si existe posibilidad de que esos huesos lleguen a tener vida. Ante esa incógnita es probable que muchos de nosotros contestemos que es un caso perdido, que es imposible hacer algo que revierta esa situación. Sin embargo, el profeta deja la decisión en manos de Dios, argumentando “Señor, solo Tú sabes la respuesta”.

Muchas veces sentimos que nuestra vida está envuelta en escombros y destruida por diferentes situaciones: ataques del enemigo, malas decisiones, problemas externos, falta de trabajo, relaciones rotas, etc.; y nos sentimos ahogados y envueltos en desesperación. Nuestras esperanzas y nuestras fuerzas se sienten muertas; sentimos que ya no podemos más, que no hay solución para nuestro problema. Sin embargo, debemos poner todas nuestras cargas en Dios, volver nuestra esperanza a Él para que nos levante y reviva nuestros corazones. Es en esos momentos cuando más nos debemos acercar a Él para que en Su palabra y en intimidad con Él, podamos resurgir y recibir ese aliento de vida que necesitamos para restaurar nuestras vidas.

Dios es el mismo de ayer; el mismo Dios que hizo milagros, quien liberó a los israelitas y abrió el mar Rojo, el que con su poder dio la victoria a su pueblo contra los amalecitas, es quien en su infinita misericordia les proveyó de alimento y bebida en el desierto, el que, con su infinito amor, dio a su único hijo por amor a ti. Ese es el Dios que puede restaurar cualquier situación en nuestra vida, quien puede darles una esperanza a nuestros sueños y quien puede darle el aliento de su Espíritu a nuestro ser. Dios siempre está con nosotros en todo momento y pese a cualquier circunstancia que podamos atravesar, o lucha espiritual que tengamos, Él siempre va a estar con los brazos bien abiertos esperando nuestro regreso.

Oración

Padre, reconozco que nada puedo hacer sin Tí, por mas esfuerzos que hago, no logro salir de mi situación, pero Tú eres un Dios de milagros, tus planes son perfectos y nunca fallas. Hoy deposito mis cargas, mis debilidades y mis sueños en Tí, sabiendo que Tú tienes todo bajo control, y que me harás resurgir de los escombros y me darás una esperanza de vida en ti, Padre celestial. Con el poder de Tu Espíritu me levantarás. En el nombre de Cristo Jesús, amén.

“Porque puede que caigan siete veces, pero cada vez que caigan se levantarán”. Proverbios 24:16 (NBV).

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